Recuerdos de infancia

Cuando niño tu mundo es imenso y tus sueños son posibles,
cuantos amigos e historias creadas corriendo tras una pelota vieja, una gran pista,
entre la gente y los carros, entre la bronca y las risas, en medio del mejor juego de tu vida.
Gol, tu primer abrazo sincero, tu primer gran amigo, tu primer gran maestro.

La vida es tan simple y complicada cuando te alistas frente a un espejo
pensando salir a la cuadra para ver al menos por un instante a la niña,
esa chica linda que recién se mudó a tu barrio, esa que todos quieren conocer primero,
tu primer gran amor, tus primeros grandes problemas.

Un domingo cualquiera, tú papá a quién nunca vez vino en su carrito de taxi,
te lleva a cineguilla, te enseña un mundo nuevo, te confundes en la distancia familiar
para con un gran beso agradecerle a ese hombre que te regalo un instante en su tiempo.
Duermes con la imagen de un héroe y te levantas solito extrañando una familia.

Sin entender lo que sientes y sin saber a quién consultarte, te dieron ganas de llorar,
no hay tiempo para eso es hora de ir a la escuela, a sentarte en el salón y esperar
el recreo, te haces fuerte e impones lo que la calle te enseño. Es el primer día de clases.
Tu primera pelea, tus primeros seguidores, te acogió el respeto.

Sin pensarlo te volviste extraño, quieres ser la pieza que no encaja, huyes y pasas
horas imaginando cómo escapar y vivir en tu mundo, nadie te entiende y tu
no entiendes de reglas, de patrones, de comportamientos sociales.
Nace tu espíritu contradictorio, nace tu rebeldía.

En la calle esta la escuela, esta la gente, estan clases, las primeras enseñanzas,
los peligros, los miedos, la violencia. Por encima de todo esta tu mancha, tus
grandes amigos, ya no eres una persona normal, eres un nombre, una chapa
que define tu individualidad.
Tienes que seguir esa imagen, tienes que mantener una personalidad.

Te confunde tantos libros, quieres aprender experimentando, quieres leer algo diferente,
quieres saber cómo interpretar ese mundo, para volverlo realidad, tienes que encontrar
algo que demuestre que tanto lo que ves con lo que sientes es real.
Defines una postura, creas y formas un propio pensamiento. Tienes la verdad.

Sentado en la gran mesa compartiendo con la familia el cumpleaños de tu abuelita,
todos te miran y te dicen cosas, pero nadie sabe lo que sientes, lo que ves en cada uno
de ellos, te integras, te alejas, te pegas a tu tío preferido, admiras a tus primos mayores
y te llenas de orgullo al ver a tu madre, la más linda, la que todos quieren y admiran.
Aprendes a aceptar a todos y cada uno que conforman esa gran familia.

Nervioso entras al cuarto para pedir permiso a mamá para llegar un poco mas tarde de
las 8pm, tu primera gran cita: un paseo por el parque, ese que esta lejos de casa, como
tratando de impresionar a esa linda chica de la cuadra. No sabes que decir pero
si sabes lo que quieres sentir, ella se divierte, tu empiezas a saborear esas raras sensaciones.
Sabes que estas enamorado, pero no sabes como decirlo.

Que harás ahora?
Vas donde ese gran amigo, tu pata, tu hermano, ese loco que sale del balcón apenas silbas
con ese código que solo ustedes conocen. Sale, le cuentas, él se hará cargo, te ayudará
en todo lo que le pidas. Tu primera declaración, el primer acercamiento formal y las
gracias eternas para ese amigo incondicional. Conseguiste a costa de todo tener una
noviecita.

Eres diferente, paseas contento por las calles contándole a todo el mundo con quién estas,
estas feliz, contento, orgulloso y con unas ganas terribles que acabe sus tareas para
tocar con miedo ese timbre y afrontar al padre, un gigante de terror. Un saludo seco
y las palabras formales para pedir verla un ratito.

Así pasa una etapa, así pasa un gran tramo de tu niñez...

Llegan y se van los chicos, llegan y se van las familias, sabes los problemas y logros de todos...

La novia de tu sueños, se va a vivir a otro país, la situación se puso crítica, nunca lo entenderás,
es un complot de sus padres, crees que el único fin a esa pesadilla es separarlos, te encierrás
y sufres, el tiempo descabellado te ayuda, haz pasado más tiempo con tus primos y tíos,
haz empezado a entender y escuchar los grandes problemas dela familia, de tú país.

Se acabaron las fiestas, se acabó la seguridad de salir a jugar hasta tarde, llegó la situación
más crítica, nació el terrorismo, las protestas, las revueltas, los problemas. Vez y escuchas
historias terribles, muertes, pobreza, corrupción. Todos quieren huir, todos quieren escapar
y lo que es peor todos destruyen las mínimas oportunidades, la mayoría de tus amigos se van.
Te tienes que mudar y empezar de cero.

Pasan los años, te acostumbras a lo mismo, olvidas muchas cosas, estas solo y cambian tus sueños, tus ideas, tus prioridades, no sabes que hacer y mucho peor no sabes que quieres ser,
es momento de tomar una decisión y estudiar algo que te va meter en esa asquerosa soledad,
se acabo la niñez. Se esfumaron tus sueños, ahora todos deciden y dicen lo que tienes que hacer.

Tu última oportunidad de seguir siendo el mismo niño rebelde es alejarte, perderte, escaparte
de casa, viajar, tú primer gran viaje, Tu primer gran giró al peso de las formales desiciones.
Que hacer? Dónde ir? Estas loco y quieres hacer lo más loco porque sabes qué ese es el momento. Recuerdas a ese tío fanfarrón que manda regalos desde Dallas cada navidad, le escribes y le pides que te lleve allá. El acepta convence a mamá y te fuiste.

Caíste lejos, muy lejos no entiendes nada, tienes que hacer lo que todos hacen, trabajar,
tienes que trabajar, te haces el fuerte y te metes a la mala en el mundillo laboral, haces plata,
conoces otro mundo tan ajeno a ti, pero nadie te quita esos recuerdos, esos lugares, esas
experiencias, extrañas demasiado sufres tanto. Quieres volver, quieres volver a ser niño.

Quieres todo lo que viviste, familia, amigos, lugares, tu país es perfecto, tu abuela esta viva
esta fuerte y vigorosa rogando por ti...

Aceptalo: regresaste, sólo que ahora tienes 28 años.

Que hacer ahora?...