Te digo adiós, no porque haya dejado de quererte,
te digo adiós, no porque ya no te amé,
te digo adiós, sin pensar en despedidas.
te digo adiós, no porque ya no te amé,
te digo adiós, sin pensar en despedidas.
Te digo adiós porque te quiero tanto que por más que me duela,
podré
luchar contra mí mismo,
podré llorar en silencio,
podré llorar en silencio,
podré escribir mil poesías,
podré vivir con esta
pena.
Te digo adiós, sabiendo que podré apartarme de tu camino
sin dejar de quererte, sin dejar de sentirte, sin dejar de extrañarte.
sin dejar de quererte, sin dejar de sentirte, sin dejar de extrañarte.
Te digo adiós, dándote libertad plena, el tiempo
y espacio para que te
encuentres,
para que sanes, para que crezcas, para que seas feliz,
para que sanes, para que crezcas, para que seas feliz,
y cuando termines de
encontrarte
y veas que una pieza falte en tu corazón,
y veas que una pieza falte en tu corazón,
te des cuenta que el amor cura y
complementa.
Y así entiendas que nunca
debiste alejarte, ni despedirte,
porque la pieza que le da forma perfecta a tu
corazón,
siempre estuvo ahí en mis manos, en mis caricias, en mis palabras.
Te digo adiós porque te amo tanto que cuando lo entiendas,
solo quedará
el recuerdo de ese gran amor,
pero ya no estará en presente ni mi cuerpo ni mi
alma.
Viviremos condenados al triste recuerdo de lo bello e increíble
que
juntos pudimos construir, junto al caprichoso momento en que la vida decidió juntar nuestros caminos.
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